Los colocamos delante de la ventana francesa, en el alféizar, cerca del radiador y en las estanterías. ¿Y en el dormitorio? ¿Las plantas en el dormitorio encajan o son malas? Se lo prometimos la última vez, cuando investigamos cuáles son las mejores plantas de interior para teñir de verde nuestro hogar: hoy tratamos de responder a la pregunta derivada, la relativa a la colocación -sí o no- de plantas en el dormitorio; El punto de partida no admite discusión: las plantas, estén donde estén, son coreográficas y calientan el ambiente; Pero, ¿pueden las plantas en el dormitorio ser perjudiciales para la salud?
SÍ A LAS PLANTAS EN EL DORMITORIO, DICE LA NASA
Cuenta la leyenda que las plantas en la habitación donde duermes pueden ser perjudiciales para la salud debido al dióxido de carbono que emiten por la noche. Esto es cierto, pero hay un pero: las plantas consumen oxígeno y producen dióxido de carbono por la noche, pero si pensamos en la cantidad de CO₂ que emiten algunas plantas en el dormitorio, ésta es muy pequeña. De hecho, no es capaz de perjudicar la salud de quien duerme a su lado. Así lo demuestran numerosos estudios, así como un reciente descubrimiento de la NASA. En efecto, la agencia gubernamental civil responsable del programa espacial estadounidense y de la investigación aeroespacial llevó a cabo una investigación sobre cómo mejorar el aire en el interior de las estaciones espaciales. Según este estudio, incluso el aire de nuestras casas contiene ciertos elementos nocivos (presentes en el hogar debido a la contaminación atmosférica o a los detergentes utilizados para la limpieza de las superficies domésticas y para aromatizar las habitaciones) que pueden neutralizarse hasta en un 85% mediante la presencia de ciertos tipos de plantas.
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PLANTAS RECOMENDADAS PARA EL DORMITORIO
Según la NASA, los beneficios de tener plantas en el dormitorio superan con creces cualquier “daño”. De hecho, hay plantas con el poder de limpiar el aire, absorbiendo sustancias nocivas y liberando oxígeno. En la práctica, son purificadores naturales del aire. Veamos juntos algunos ejemplos;
- La Areca: es la primera que hay que mencionar entre las plantas adecuadas para colocar en el dormitorio. Filtra el benceno, el tricloroetileno y el formaldehído, sobre todo si se coloca cerca de muebles pintados. También es ideal en caso de resfriados frecuentes, ya que libera suficiente humedad en el aire para ayudar a respirar.
- El aloe vera tiene el poder de liberar oxígeno durante la noche y de absorber el benceno y el formaldehído. Es fácil de cuidar y no requiere cuidados especiales. Cuidado, sin embargo, con perros y gatos porque esta planta es tóxica para ellos.
- La hiedra elimina eficazmente el moho, el tricloroetileno, el formaldehído, el benceno y el monóxido de carbono. La hiedra también es tóxica para perros y gatos: mejor colocarla en una estantería (también es ideal desde el punto de vista decorativo).
- Las gerberas eliminan el tricloroetileno, el benceno y el formaldehído. No son tóxicas para perros ni gatos, así que dale luz verde a las gerberas aunque tengas un amigo peludo en casa.
- La sanseveria emite oxígeno durante toda la noche; filtra el formaldehído, el tricloroetileno y el benceno; también absorbe el electrosmog producido por teléfonos móviles y ordenadores; es fácil de cultivar; sus hojas de color verde brillante son preciosas. Cuidado: las hojas son tóxicas para perros y gatos.
Es mejor evitar, sin embargo, las plantas demasiado perfumadas: podrían perturbar el sueño, provocar migraña o náuseas al despertar. Como norma general, sin embargo, las plantas deben colocarse siempre cerca de la ventana o la puerta, dejándola al menos entreabierta para facilitar el intercambio de aire.
Como suele ocurrir, la mejor opción se encuentra en algún punto intermedio: las plantas en el dormitorio son buenas para usted si están en una cantidad proporcionada al tamaño de la habitación. No podemos dejar de mencionar el poder relajante de las plantas. En primer lugar por el color -el verde favorece el descanso- y en segundo lugar porque el contacto -aunque sea mínimo- con la naturaleza siempre mejora el estado de ánimo.
